viernes, 6 de mayo de 2011

Nunca digas adiós, si todavía quieres tratar, nunca te des por vencido si sientes que puedes seguir luchando, nunca le digas a una persona que no la amas, si no la puedes dejar ir.
Las dos caras del amor

Unas veces sonreímos, y nos sentimos llenas de vida e ilusión por tener amor en nuestras vidas. 
Otras veces lloramos, nos decaemos, y nuestras vidas se resienten por haber perdido el amor, aquel que un día nos hizo sentir lo contrario. 
El amor tiene dos caras. Cada uno es dueño de lo que hace en su vida pero nuestros sentimientos no los dominamos… al menos en su totalidad. Una vez alguien me dijo que “querer es poder”… Pero está claro que no siempre es así, aunque el hecho de intentarlo sea en sí mismo un logro.
Cuando hemos sufrido una ruptura en la relación cosas como el salir con tus amigos, reírte y ser feliz, aunque sea sólo por unas horas es un gran logro. El problema está al llegar a tu casa, el no hacer nada y tener demasiado tiempo para tus pensamientos, cosa que hace que caigas en recordar ese amor que ha quedado atrás. 
No todas las relaciones que logramos en la vida salen bien, hay relaciones muy tormentosas que por el sufrimiento que conllevan se acaban rompiendo. 
Cuando esto ocurre, lloramos. Y cuando todo ha acabado, y hemos llorado mucho, queremos que mañana al despertar todo desaparezca, pero no es así, no es tan fácil. Siempre quedan huellas de quien caminó contigo, siempre habrá algo que te haga recordarle, algo que no puedes hacer desaparecer porque pertenece a tu pasado, a lo que has vivido. 
Pero puedes hacer que todo eso que has vivido no te duela tanto, puedes dejar el pasado en los “recuerdos”, en ese lugar donde se guardan todos nuestros sueños que no se han cumplido, todo aquello que de alguna manera dejaron huellas. 
El peor error que cometemos, es siempre es intentar borrarle de nuestras vidas buscando nuevas relaciones, eso no es para nada bueno, sólo es una válvula de escape. No puedes volver a comenzar una nueva relación con el corazón roto, hay que darse tiempo, todo llegará pero lo que ahora necesitas es poner tu vida en orden antes de volver a una nueva aventura, sería malo para ti y para la otra persona. 
Si no está contigo esa persona, deberíais pensar que quizás después de todo no era para ti. ¿Quien no te dice que a la vuelta de la esquina puede haber un buen amor que espera por alguien como tú? 
Cuando el amor se va de nuestro lado no existe formula mágica para aliviar el dolor que ello produce, se debe vivir sola porque nadie puede ayudarte con el corazón, pero sí podemos decirte qué cosas NO hacer para que tu camino hacia el olvido se haga más llevadero. 
Recuerden que el amor les llega a todos, no creo que se trate de sexo, género, orientación sexual o llámalo como quieras, porque cuando hablamos de AMOR con mayúsculas, todos nos sentimos igual y sufrimos igual seas de la forma que seas y sea cual sea tu caso… Las mujeres amamos de verdad y cuando es así… el desamor es algo increíblemente duro. Mucha gente no sabe el dolor tan grande que esto produce y por lo que estamos pasando. El amor es precioso, pero tiene dos caras… ya vivimos la bonita y ahora nos toca vivir la otra cara del amor: el desamor, esa es la dura pero se puede seguir adelante...




Sí, el amor duele, no es sólo tierno, dulce y bello, duele y las personas que amas te lastiman más.





Después de llorar te sientes aliviado, 
después de llorar te sientes vacío, 
después de llorar sale una sonrisa, 
después de llorar dan ganas de vivir la vida, 
después de llorar, ¿lloras tú?




Lo que se aprende en la madurez no son cosas sencillas, como adquirir habilidades e información. Se aprende a no incurrir en conductas autodestructivas, a no dilapidar energía por causa de ansiedad. Se descubre cómo dominar las tensiones, y que el resentimiento y la autocompasión se encuentran entre las drogas más tóxicas. Se aprende que el mundo adora el talento, pero recompensa el carácter. Se comprende que la mayoría de la gente no está ni a favor ni en contra nuestro, sino que está absorta en sí misma. Se aprende, en fin, que por grande que sea nuestro empeño en agradar a los demás siempre habrá personas que no nos quieran. Esto es una dura lección al principio pero al final resulta tranquilizadora.


Aprendí que los amores "ETERNOS" pueden terminar en una noche,
que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos,
que nunca conocemos a una persona de verdad,
que todavía no inventaron nada mejor que el abrazo de mamá,
que el "NUNCA MÁS" nunca se cumple y que...
el "PARA SIEMPRE", siempre termina.


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