Ese momento cuando besas a alguien y desaparece todo lo que tienes
alrededor y lo único que existe eres tú y esa persona, y te das cuenta
de que esa persona es el único hombre al que debes besar el resto de tu vida, y sientes por un
momento algo realmente asombroso y quieres reír y también llorar. Te inunda la felicidad
de haberlo encontrado y te invade el temor de perderlo al mismo tiempo.
Fue como si en ese momento el universo sólo existiera para que
estuviéramos juntos.
No es que tenga miedo, es que esta vez prefiero no
equivocarme en este nuevo “comienzo”. Podes pensar que me deshielo de a poco,
que pienso mucho, que siento menos. Podes pensar lo que quieras; pero no
quieras dejar de creer en mí. No es que tenga miedo, me estoy dando tiempo de
estar firme y no volver a caer. No pienses que me alejo. La distancia de tu
boca a mis besos no se mide en metros, yo alcanzo a tocar tus labios cada vez
que suspiro. No es que tenga miedo, es que prefiero no cometer errores esta vez.
Prefiero no decir nada que te dé vida hoy y te la quite mañana. Lo mismo quiero
para mí. No es que tenga miedo, es que en este tiempo me hice fuerte, aprendí a
no ilusionarme; y esta vez prefiero no sufrir por vos.
Si está escrito que nos
encontremos, entonces nos encontraremos…
A...