domingo, 25 de septiembre de 2011

Amores clandestinos, secretos. Amores reprimidos, prohibidos. Amores furtivos, pasionales. Amores tormentosos. Un amor clandestino es un escape constante. Es incomodidad, adrenalina, tensión. Es ojos que no ven, pero corazón que presiente. Es un momento privado, inconfesable. ¿Quién no tuvo un amor secreto, clandestino? ¿A quién no lo enciende un amor pirata? 
Cuando amamos, el corazón del otro es un tesoro. Y cual piratas, queremos arrebatar ese tesoro sin importar 
si tiene dueño o no, o si el que tiene dueño es uno mismo. Nos atrae el amor clandestino, secreto. Porque el amor cómplice se hace más fuerte, más nuestro y sólo nuestro. La complicidad es un guiño, una aventura. Y al amor, le encanta la aventura. En el secreto cómplice hay libertad, porque escapamos de la mirada de los demás y nos permitimos ser libres, rebeldes, aventureros, como los piratas. El amor secreto es mágico. Cuando deja de ser secreto, se vuelve real. Y el amor real es un poco más complicado. El amor pirata no conoce el miedo. Aborda, conquista, arrebata y roba. Y a veces, paga las consecuencias.


El amor tiene firma de autor en las causas perdidas, siempre empieza soñando y termina en insomnio, es un acto profundo de fe que huele a mentira. El amor es la guerra perdida entre el sexo y la risa, es la llave con que abres el grifo del agua en los ojos, es el tiempo más lento del mundo cuando va de prisa. El amor se abre paso despacio no importa el cerrojo. Es la arrogancia de aferrarse a lo imposible, es buscar en otra parte lo que no encuentras en ti. El amor es un ingrato que te eleva por un rato y te desploma porque sí. El amor es dos en uno que al final no son ninguno y se acostumbran a mentir. El amor es la belleza que se nutre de tristeza y al final siempre se va. El amor casi siempre es mejor cuando está en otra parte, luce bien en las novelas que venden finales perfectos, y es mejor que no se vaya porque aunque duela es mejor no dejarlo ir. Puede ser que lo que juzgo sea otra cosa, no lo sé, que a mi suerte le ha tocado el impostor, tampoco sé. El amor no te deja decir lo que quieres decir, es sentarte a mirar pasar frente a ti el desfile mortal del cadáver de todos tus sueños.

Ella puede matar con una sonrisa. Ella puede lastimar con sus ojos. Ella puede arruinar tu fe con sus casuales mentiras. Y solo revela lo que quiere que veas. Ella se esconde como un niño. Ella puede guiarte al amor, tomarte o dejarte. Ella pedirá la verdad pero nunca te creerá. Y tomará todo lo que le des mientras sea gratuito. Sí, roba como un ladrón; pero es siempre ella.
Ella puede cuidarse por sí misma, puede esperar si quiere, está adelantada a su tiempo. Ella nunca se rinde ni nunca cede, solo cambia de parecer, puede resaltar lo mejor y lo peor de vos.
Ella es frecuentemente bondadosa, y de repente cruel.
Ella hace lo que le plazca, pero nadie hace lo que le plazca con ella


No hay comentarios:

Publicar un comentario